La animación digital es un proceso
utilizado para dar la sensación de movimiento a imágenes o dibujos, como
también a otro tipo de objetos inanimados (por ejemplo figuras de plastilina).
Se considera normalmente como un efecto de ilusión óptica. Existen numerosas
técnicas para crear animación en 2D o 3D. La industria actual de la animación
Peruana participa activamente dando servicios de animación para producciones
internacionales o extranjeras, y aunque en los últimos años se ha evidenciado
un desarrollo local de producciones peruanas con modernas técnicas de
animación, creatividad y calidad de clase mundial, aún somos un clúster de
exportación sin recursos para cambiar la historia. La industria de la animación
digital puede
segmentarse tanto por sus aspectos técnicos como comerciales. La segmentación
comercial es más variada y depende de la plataforma de difusión, destacándose
cine y televisión, videojuegos, educación, simulaciones digitales y el diseño
web.
Un poco de historia de los inicios de animación en el Perú
Sólo desde 1952 es posible hablar
de dibujo animado peruano, cuando Rafael Seminario y Augusto López emprenden
las primeras experiencias en este campo. Sin olvidar la obra pionera del
argentino Jorge Caro, la animación peruana estaría orientada desde un comienzo,
de manera exclusiva, al sector publicitario. En tal sentido, la aparición en
1958 de la televisión comercial en nuestro país daría un gran empuje a la
entonces pequeña industria animada local, en la que destacarían empresas como
Valle producciones, Audiovisual Productions (con Félix Nakamura a la cabeza) o
Telecine. Recién bajo la ley de cine 19327, promulgada en el gobierno del
general Velasco, se produciría el despegue de la producción animada no
publicitaria, siendo ésta una de las épocas de mayor auge en este campo. A la
obra de figuras como Hugo Guevara, Sadi Robles o Edmundo Vilca se añadiría la
actividad de productoras de material animado de distinto tipo y la experiencia
de enseñar y producir, a la vez, de Procesca Films, un primer, aunque fallido,
intento por instaurar una verdadera industria nacional de cine animado. Bajo
aquella ley florece también la actividad de Fernando Gagliuffi y del versátil
cineasta uruguayo Walter Tournier, al lado de exitosos estudios como Anivisa,
de Pedro Vivas y Antonio Otayza y Antarki, de Benicio Vicente. Con la llegada
de la tecnología digital y la Internet, la producción animada, tanto
publicitaria como de entretenimiento, mostraría nuevas posibilidades,
simplificándose y volviéndose accesible a un gran número de realizadores. Luego,
tras el arribo del nuevo siglo, se daría un verdadero “boom” de la animación
digital con las iniciativas de Alpamayo y el hito que alcanzara al producir los
primeros largometrajes en este género. “El Cine de Animación en el Perú” – Raúl Rivera
Escobar, 2010.
El Perú cómo un clúster de la industria de la animación digital.
Pese a que muchos visualizan este
tema con cierta sorpresa, las habilidades y el desarrollo mostrado en el Perú
por la producción animada ha provocado que sea un producto de exportación,
teniendo en cuenta que el precio es muy competitivo en el mercado
internacional. En resumen el Perú se ha convertido en un clúster (grupo de
empresas especializadas con ventajas competitivas) de la industria de la
animación. Ya desde un tiempo atrás se ve casos de pedidos de EE.UU y de
Israel, que optan por mano de obra peruana en vez de la de Brasil, ciertamente
por un tema de costos y de excelente calidad.
Países como Brasil y Argentina se
enfocan en el mercado interno que es bastante grande, mientras que Perú es aún
pequeño, y por ello se tiene necesariamente que exportar. Es ahí dónde viene el
pequeño gran detalle, “la producción interna” que realmente es paupérrima en
nuestro país. Aunque ser un clúster es realmente beneficioso para la economía
peruana, nos falta un camino largo por recoger para impactar en nuestra tierra
cómo actualmente impactamos en el exterior. Y es que en realidad, todo es un
tema de actitud, de cultura, de FE en lo nuestro y de apostar por un cambio
radical, por una nueva forma de ver las cosas y comprender los grandes
beneficios que nos traería.
¿Qué crees que podría hacer el Estado para
fomentar el desarrollo de la escena de animación local?
Hace poco CONACINE, que ahora se
llama DAFO, ha creado un par de premios específicos para la animación y el cine
“experimental“ que están muy interesantes, y eso es importante que se sepa
porque significa que se está abriendo un nuevo panorama, con posibilidades para
poder hacer cosas diferentes. Pero en general, yo creo que para fomentar el
desarrollo cinematográfico -o de otras maneras de ver y entender el cine además
de la que promueven los exhibidores o las industrias-, creo que lo que debería
hacerse es, por ejemplo, utilizar más el canal del Estado, con programas
diferentes que transmitan cine alternativo. Yo estoy plenamente de acuerdo con
la llamada cuota de pantalla, una medida que existe en otros países y que
protege los cines locales de que todo se produzca emulando una receta
comercial. Esto es básico, pero es insuficiente si no se tiene un norte de
educación de la audiencia. No se trata de imponer un gusto cinematográfico,
sino de abrir la mente a los miles de gustos cinematográficos posibles. En el
mundo se hacen miles de películas al año, ¿por qué vemos solo cine
norteamericano? En los años que el Perú participa en Ibermedia se han producido
más de 300 largometrajes coproducidos entre América Latina y España; ¿cuánto de
eso se ha visto en el Perú? Nuestra cartelera es paupérrima y da lástima.
Aunque para muchos debe sonar idílico, creo que el cine debería utilizarse en
las escuelas. Sería realmente interesante que se establezca un programa público
de educación cinematográfica. Me parece que eso sería recontra útil, no solo
para el cine mismo, sino para todos los ámbitos de una educación integral a los
que el “buen“ cine también puede servir. Diego Vizcarra – Cineasta – especializado en
animación tradicional.
Como bien lo dice anteriormente
uno de los cineastas peruanos especializados en la animación tradicional, lo
que realmente falta es un apoyo del estado y de las grandes, medianas y
pequeñas empresas. Y cómo la gran parte de cosas en el Perú se encuentra
centralizada en Lima, ésta situación no es una excepción; por tanto se inicia
una ola de cambios desde allá usualmente. Pero, ¿No creen que ya es hora que
las provincias cómo Piura se levante y apuesten por iniciar esa ola de cambio
desde acá?. Si bien es cierto, los cambios en nuestra ciudad se han
caracterizado por ser lentos y muy burocráticos, jamás es tarde para dar un
giro de 360°.
Piajeno animado es una gran
oportunidad para la industria animada local de llevar muy en alto la mano de
obra Piurana y la cantidad de bondades que nuestra Piura despliega. Piajeno
animado marcará un hito en la historia de la industria animada local y porque
no nacional. Sin embargo, aún nos encontramos a la espera de un gran respaldo
que comprenda, guste y participe activamente en lograr los objetivos que el proyecto
“Piajeno Cultural” (apoyado por el Ministerio de Cultura) está planteando.
Nuestra misión es hacer de PIURA
un mejor lugar para vivir, mediante la campaña de valores difundida por medios
digitales y tradicionales, y cuya más esperada promoción es la de Piajeno
animado bajo la dirección de un gran equipo cómo Raz Producciones Audiovisuales.
Confiamos en las grandes, medianas y pequeñas empresas que son un referente de
cambio en nuestra ciudad, y tenemos FE en que apostarán de lleno por la
formación de una nueva cultura en nuestra provincia que implicarán cambios
significativos y nos proporcionarán mejor calidad de vida.
¡Piajeno animado les abre su corazón y espera su total apoyo!
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