jueves, 26 de febrero de 2015

La animación digital en el Perú: Somos un clúster de exportación pero paupérrimos en nuestra tierra.



La animación digital es un proceso utilizado para dar la sensación de movimiento a imágenes o dibujos, como también a otro tipo de objetos inanimados (por ejemplo figuras de plastilina). Se considera normalmente como un efecto de ilusión óptica. Existen numerosas técnicas para crear animación en 2D o 3D. La industria actual de la animación Peruana participa activamente dando servicios de animación para producciones internacionales o extranjeras, y aunque en los últimos años se ha evidenciado un desarrollo local de producciones peruanas con modernas técnicas de animación, creatividad y calidad de clase mundial, aún somos un clúster de exportación sin recursos para cambiar la historia. La industria de la animación digital puede segmentarse tanto por sus aspectos técnicos como comerciales. La segmentación comercial es más variada y depende de la plataforma de difusión, destacándose cine y televisión, videojuegos, educación, simulaciones digitales y el diseño web.

Un poco de historia de los inicios de animación en el Perú

Sólo desde 1952 es posible hablar de dibujo animado peruano, cuando Rafael Seminario y Augusto López emprenden las primeras experiencias en este campo. Sin olvidar la obra pionera del argentino Jorge Caro, la animación peruana estaría orientada desde un comienzo, de manera exclusiva, al sector publicitario. En tal sentido, la aparición en 1958 de la televisión comercial en nuestro país daría un gran empuje a la entonces pequeña industria animada local, en la que destacarían empresas como Valle producciones, Audiovisual Productions (con Félix Nakamura a la cabeza) o Telecine. Recién bajo la ley de cine 19327, promulgada en el gobierno del general Velasco, se produciría el despegue de la producción animada no publicitaria, siendo ésta una de las épocas de mayor auge en este campo. A la obra de figuras como Hugo Guevara, Sadi Robles o Edmundo Vilca se añadiría la actividad de productoras de material animado de distinto tipo y la experiencia de enseñar y producir, a la vez, de Procesca Films, un primer, aunque fallido, intento por instaurar una verdadera industria nacional de cine animado. Bajo aquella ley florece también la actividad de Fernando Gagliuffi y del versátil cineasta uruguayo Walter Tournier, al lado de exitosos estudios como Anivisa, de Pedro Vivas y Antonio Otayza y Antarki, de Benicio Vicente. Con la llegada de la tecnología digital y la Internet, la producción animada, tanto publicitaria como de entretenimiento, mostraría nuevas posibilidades, simplificándose y volviéndose accesible a un gran número de realizadores. Luego, tras el arribo del nuevo siglo, se daría un verdadero “boom” de la animación digital con las iniciativas de Alpamayo y el hito que alcanzara al producir los primeros largometrajes en este género. “El Cine de Animación en el Perú” – Raúl Rivera Escobar, 2010.

El Perú cómo un clúster de la industria de la animación digital.

Pese a que muchos visualizan este tema con cierta sorpresa, las habilidades y el desarrollo mostrado en el Perú por la producción animada ha provocado que sea un producto de exportación, teniendo en cuenta que el precio es muy competitivo en el mercado internacional. En resumen el Perú se ha convertido en un clúster (grupo de empresas especializadas con ventajas competitivas) de la industria de la animación. Ya desde un tiempo atrás se ve casos de pedidos de EE.UU y de Israel, que optan por mano de obra peruana en vez de la de Brasil, ciertamente por un tema de costos y de excelente calidad.

Países como Brasil y Argentina se enfocan en el mercado interno que es bastante grande, mientras que Perú es aún pequeño, y por ello se tiene necesariamente que exportar. Es ahí dónde viene el pequeño gran detalle, “la producción interna” que realmente es paupérrima en nuestro país. Aunque ser un clúster es realmente beneficioso para la economía peruana, nos falta un camino largo por recoger para impactar en nuestra tierra cómo actualmente impactamos en el exterior. Y es que en realidad, todo es un tema de actitud, de cultura, de FE en lo nuestro y de apostar por un cambio radical, por una nueva forma de ver las cosas y comprender los grandes beneficios que nos traería.

¿Qué crees que podría hacer el Estado para fomentar el desarrollo de la escena de animación local?

Hace poco CONACINE, que ahora se llama DAFO, ha creado un par de premios específicos para la animación y el cine “experimental“ que están muy interesantes, y eso es importante que se sepa porque significa que se está abriendo un nuevo panorama, con posibilidades para poder hacer cosas diferentes. Pero en general, yo creo que para fomentar el desarrollo cinematográfico -o de otras maneras de ver y entender el cine además de la que promueven los exhibidores o las industrias-, creo que lo que debería hacerse es, por ejemplo, utilizar más el canal del Estado, con programas diferentes que transmitan cine alternativo. Yo estoy plenamente de acuerdo con la llamada cuota de pantalla, una medida que existe en otros países y que protege los cines locales de que todo se produzca emulando una receta comercial. Esto es básico, pero es insuficiente si no se tiene un norte de educación de la audiencia. No se trata de imponer un gusto cinematográfico, sino de abrir la mente a los miles de gustos cinematográficos posibles. En el mundo se hacen miles de películas al año, ¿por qué vemos solo cine norteamericano? En los años que el Perú participa en Ibermedia se han producido más de 300 largometrajes coproducidos entre América Latina y España; ¿cuánto de eso se ha visto en el Perú? Nuestra cartelera es paupérrima y da lástima. Aunque para muchos debe sonar idílico, creo que el cine debería utilizarse en las escuelas. Sería realmente interesante que se establezca un programa público de educación cinematográfica. Me parece que eso sería recontra útil, no solo para el cine mismo, sino para todos los ámbitos de una educación integral a los que el “buen“ cine también puede servir. Diego Vizcarra – Cineasta – especializado en animación tradicional.

Como bien lo dice anteriormente uno de los cineastas peruanos especializados en la animación tradicional, lo que realmente falta es un apoyo del estado y de las grandes, medianas y pequeñas empresas. Y cómo la gran parte de cosas en el Perú se encuentra centralizada en Lima, ésta situación no es una excepción; por tanto se inicia una ola de cambios desde allá usualmente. Pero, ¿No creen que ya es hora que las provincias cómo Piura se levante y apuesten por iniciar esa ola de cambio desde acá?. Si bien es cierto, los cambios en nuestra ciudad se han caracterizado por ser lentos y muy burocráticos, jamás es tarde para dar un giro de 360°.

Piajeno animado es una gran oportunidad para la industria animada local de llevar muy en alto la mano de obra Piurana y la cantidad de bondades que nuestra Piura despliega. Piajeno animado marcará un hito en la historia de la industria animada local y porque no nacional. Sin embargo, aún nos encontramos a la espera de un gran respaldo que comprenda, guste y participe activamente en lograr los objetivos que el proyecto “Piajeno Cultural” (apoyado por el Ministerio de Cultura) está planteando.

Nuestra misión es hacer de PIURA un mejor lugar para vivir, mediante la campaña de valores difundida por medios digitales y tradicionales, y cuya más esperada promoción es la de Piajeno animado bajo la dirección de un gran equipo cómo Raz Producciones Audiovisuales. Confiamos en las grandes, medianas y pequeñas empresas que son un referente de cambio en nuestra ciudad, y tenemos FE en que apostarán de lleno por la formación de una nueva cultura en nuestra provincia que implicarán cambios significativos y nos proporcionarán mejor calidad de vida.


¡Piajeno animado les abre su corazón y espera su total apoyo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario